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CHAQUETAS AMARILLAS (Vespula)

Bajo la denominación de "chaquetas amarillas" se conocen a las especies de los géneros Vespula y Dolichovespula, morfológicamente muy similares entre sí. También se las conoce como "avispas comunes".
Se trata de avispas eusociales de la familia Vespidae y subfamilia Vespinae, estrechamente emparentadas con los avispones (género Vespa).
Avispa del género Vespula
(Barcelona)

En Europa encontramos dos especies muy comunes: Vespula vulgaris y Vespula germanica. A esta última se la llama frecuentemente avispa europea, cuyas obreras (hembras estériles) miden unos 12-17 mm, mientras que la reina puede alcanzar los 20 mm.
Las chaquetas amarillas son avispas que se caracterizan por su escasa o nula pilosidad en el cuerpo, patas amarillas y antenas negras, un abdomen abultado con bandas amarillas y negras. La avispa papelera europea, del género Polistes, se distingue claramente de ellas porque es más estilizada, su abdomen no es tan abultado y las antenas las tiene de color amarillo, además de que no es carroñera, mientras las chaquetas amarillas son oportunistas y carroñeras. Las chaquetas amarillas, y sus estrechos parientes los avispones (Vespa) tienen la base del abdomen aplanada, y mucho más ancha que el extremo posterior del mismo, lo que da al abdomen una forma un tanto cónica.

Si observamos detalladamente la cabeza de una chaqueta amarilla vemos que tiene un aparato bucal masticador, con fuertes mandíbulas.
Vespula germanica, armada de temibles mandíbulas

La especie Vespula germanica (Fabricius, 1793) está muy extendida por el área mediterránea, también por el norte de África y zonas templadas de Asia, además se ha introducido accidentalmente por otras regiones del mundo, como Norteamérica o Australia. Se la encuentra en bosques, zonas agrícolas, plantaciones y áreas urbanas. Tolera bien las bajas temperaturas (muchas de las fotos que aquí publico de Vespula germanica las he tomado en pleno invierno), y, según dije, oportunista en cuanto a la alimentación.
La dieta de Vespula germanica depende de sus necesidades, que varían según la época: cuando hace frío o necesita energía para llevar a cabo la construcción del nido se decanta por los carbohidratos (néctar, frutas maduras) pues le proporcionan esa energía que requiere, en cambio cuando se trata de alimentar a las larvas y crías busca más las proteínas, y entonces se vuelve cazadora (caza otros insectos como moscas) o carroñera.
En las siguientes fotos chaquetas amarillas Vespula germanica cazando moscas para sus larvas
(Fotos tomadas cerca de la desembocadura del río Besós, Barcelona)

La captura de presas tal vez sea la labor más fatigosa para una obrera, porque requiere tener que localizarla (ha de ser una presa adecuada), atacarla, someterla, prepararla convenientemente para ser comida por las larvas, y transportarla hasta el nido donde se encuentran éstas. Para dicha labor generalmente no emplea su aguijón venenoso, salvo en pocas ocasiones (casos fortuitos, tal vez con presas grandes y/o muy combativas); el aguijón lo utiliza mejor para hacer frente a los potenciales depredadores que la amenazan o amenazan el nido.
En las fotos de arriba, Vespula germanica posada sobre carroña, de donde obtendrá abundantes proteínas para alimentar a sus crías.
(Proximidad a la desembocadura del río Besós)

Hacia el final del verano aparecen los machos adultos, y las obreras tienen que alimentarlos, y ya en otoño las obreras construirán las celdas para las nuevas reinas, que cuando estén desarrolladas serán fecundadas por los machos.
El nido de Vespula germanica suele estar contruido en el suelo, oculto a la vista, por ejemplo entre las raíces de las plantas, a veces en espacios huecos de edificios, etc. Está hecho de una pasta fabricada a partir de materia vegetal triturada con las mandíbulas y mezclada con saliva.
Chaquetas amarillas europeas cerca de su nido (Parque Fluvial del río Besós, en San Adrián, Barcelona)

LA PICADURA DE LAS CHAQUETAS AMARILLAS
Muchas personas temen más la picadura de una chaqueta amarilla que la de una abeja. Según el entomatólogo Justin O. Schmidt ambas duelen lo mismo (nivel 2 para la especie norteamericana Vespula pensylvanica en su Índice del Dolor). Pero a diferencia de la abeja, que posee un aguijón barbado que queda clavado en la piel de la víctima después de picarla, y que aún puede seguir liberando veneno más allá de su desprendimiento del cuerpo del insecto (con el fin así de maximizar la eficacia de dicha picadura), las chaquetas amarillas pueden retirar el aguijón sin problema, e infligir por consiguiente múltiples picaduras, cosa que no dudarán en hacer cuando se trata de proteger lo más importante para ellas: el nido, plataforma inmóvil de la colonia donde se encuentran la reina (hembra fértil), en su caso los machos, y sobretodo las larvas y crías que constituyen la generación del futuro.
La toxicidad del veneno de Vespula germanica es muy similar a la de la abeja.
La picadura ocasiona molestias en la víctima, un dolor intenso que en pocos minutos remite, y un pequeño eritema e hinchazón circunscritos al lugar de la picadura. Lo normal es que todo acabe ahí, pero el peligro de las picaduras de las avispas (y de hecho de cualquier animal venenoso) es el de una posible reacción alérgica al veneno inoculado.
Las avispas del género Vespula contiene varios alérgenos importantes: Hialuronidasa, Fosfolipasas (A y B), y el Antígeno 5 (exclusivo de los véspidos: Vespa, Vespula, y Dolicovespula). El primero de ellos es el responsable de la reactividad cruzada entre los venenos de abeja y avispa Vespula, de manera que se dan casos en que el paciente que es alérgico al veneno de una, también muestra sensibilidad al veneno de la otra.
Los alérgenos de diferentes especies de Vespula son prácticamente idénticos (con más del 95% de identidad) por lo que se observa reactividad cruzada entre sus venenos. A su vez, tienen también reactividad cruzada con otros Vespinae (Vespa y Dolichovespula). En cambio la reactividad cruzada entre venenos de Vespula y Polistes es limitada, pues la identidad de fosfolipasas y Antígeno 5 es inferior al 60%; se observa que el 50% de los pacientes alérgicos a Vespula también se muestra sensible al veneno de Polistes, y viceversa.
En cuanto al alcance de la reacción alérgica, varía en función de diversos factores. El riesgo de padecer una reacción generalizada (sistémica) tras una nueva picadura depende primeramente de la gravedad de la reacción previa (si fue local extensa, 5-10%, tras reacción generalizada, 15-20%, y tras reacción sistémica grave, más de un 50%), y también es importante la edad del paciente (más en las personas adultas que en los niños).
Sin reacciones alérgicas de ningún tipo, las reacciones tóxicas, que son aquéllas causadas únicamente por la acción tóxica del mismo veneno, sólo se dan en los casos de múltiples picaduras.
Vespula germanica, un bello insecto de nuestras tierras