La calidad medioambiental de un ecosistema se mide en parte por la salud de sus abejas. Aunque delicadas, las abejas son insectos enormemente útiles por su función polinizadora que resulta fundamental para el desarrollo de las plantas con flor, así como de muchos cultivos.Aunque Apis mellifera, la más conocida abeja de la miel, sea la más popular de todas las abejas, lo cierto es que el término "abeja" comprende unas 20.000 especies conocidas, y las que faltan por conocer, de estos utilísimos insectos. Grandes o pequeñas, solitarias o sociales, algunas con un enorme grado de socialidad (ahí está nuestra abeja de la miel), generalistas (que visitan muchos tipos de flores diferentes) o especialistas (se limitan a una clase concreta, y a veces a un sólo género de flores), abundantes o raras, con espléndidos colores o de coloraciones apagadas, las abejas muestran una diversidad asombrosa que sorprende al naturalista, pero en todos los casos se trata siempre de criaturas totalmente necesarias para nuestro mundo, por cuanto son ellas, con sus múltiples formas, las que llevan a cabo mejor que nadie esa imprescindible tarea que es la polinización de las plantas.
Las abejas no son los únicos insectos que polinizan, pero a diferencia de los demás, el número de abejas jóvenes que sobrevivirá para desarrollarse como adultos depende en buena medida de la cantidad de polen que recolecten las abejas adultas, lo que significa, en otras palabras, que las abejas, más que otros insectos, tienen un enorme incentivo para visitar el mayor número de flores posible, de varios cientos al día.
Familia ANDRENIDAEEs la familia de abejas con más número de especies (más de 4.000) con varias decenas de géneros, entre los que destaca Andrena y Perdita. Se las encuentra en todos los continentes, salvo Australia. Las abejas de esta gran familia muestran una gran diversidad en tamaño (las hay pequeñísimas como las del mencionado género Perdita, y grandes como las del género Megandrena) y en color. Es lógico que una familia tan rica en especies se haya dividido en subfamilias, cuatro en total, con Andredinae a la cabeza, que es la que comprende el género Andrena (con unas 1.400 especies, muchas de ellas en Europa).Una abeja de la subfamilia Andreninae
(Santa Coloma de Gramanet, Barcelona)
Familia APIDAE
A esta familia pertenecen las especies de abejas más conocidas por todos, como las abejas de la miel y los abejorros del género Bombus.
Aunque cuando se habla de la abeja de la miel siempre pensamos en la conocida europea (Apis mellifera), no hay que olvidar que en verdad existen siete especies diferentes de abejas melíferas, todas ellas originarias del Hemisferio oriental, si bien es la europea la más popular y extendida (introducida en muchas partes del mundo).Apis mellifera
Arriba, enjambre de abejas de la miel encontrado entre las ramas de un almendro en la sierra catalana de Collserola
Entre las demás abejas melíferas, también del género Apis, destaca por su gran tamaño Apis dorsata o "abeja de la miel gigante", difundida por el sur de Asia.Grupo de Apis dorsata (los ejemplares más grandes), fotografiadas en el Parque Nacional de Kao Yai (Tailandia)
Las obreras de Apis dorsata pueden llegar a medir 3 cm, y son más defensivas que las comunes Apis mellifera.
También asiáticas son Apis cerana y Apis florea ("abeja chica de la miel"). La primera es la más común y extendida de las abejas melíferas asiáticas; sus obreras tienen un tamaño similar o algo inferior al de las obreras de Apis mellifera, y fabrican miel en cantidades menores, razón por la cual esta especie no resulta tan atractiva, en términos económicos, para los ojos de los apicultores.
En cuanto a Apis florea, esta abeja está distribuida por Omán, Irán, Paquistán y Sri Lanka, siendo la abeja melífera más pequeña, y cuya miel, producida también en cantidades más pequeñas que nuestra abeja europea, ha sido tradicionalmente empleada más como una medicina (se le atribuyen propiedades terapéuticas) que como un verdadero alimento.
La tribu Anthophorini incluye varios géneros, entre los cuales el más conocido es AnthophoraAbeja del género Anthophora
Las abejas de este género presentan un cuerpo robusto y con bastante pelo (algunos las llaman "abejas peludas"), de colores que van del gris al rojo herrumbre. Son excelentes voladoras, y son capaces de volar muy rápido. Aunque las hay especialistas, un enorme número de ellas son generalistas, siendo polinizadoras de varias flores silvestres.
Casi todas las especies del género Anthophora nidifican en el suelo, a veces en agregaciones de varios centenares de individuos.
La familia Apidae también comprende a los abejorros, todos ellos del género Bombus (tribu Bombini).Bombus terrestris en el Parque Natural de la Sierra de Marina (Barcelona).
Los abejorros están distribuidos sobretodo en el hemisferio norte, aunque algunas especies se las encuentra en Suramérica. Se les puede ver en muchos hábitats, desde el desierto (aunque son raros en los desiertos, menos numerosos que las abejas) a la taiga, pero la más alta diversidad la encontramos en las regiones montañosas.
Como polinizadores, resultan casi insustituibles por lo muy efectivos que resultan, y ello por tres razones principales:
a/ Practican la "polinización por zumbido"
b/ Su gran resistencia al frío les permite llevar a cabo jornadas de recolección más largas que las de otras abejas
c/ Son más rapidos que las abejas de la miel, por lo que pueden visitar más flores por minuto.
Como dije, son resistentes a las bajas temperaturas. Además de su grueso abrigo de pelos aislantes, los abejorros pueden exponerse al sol para calentarse antes de empezar sus tareas recolectoras. Si el sol no es suficiente, estos animalitos pueden contraer los músculos de sus alas (sin necesidad de dar aletazos); estas contracciones musculares aumentan significativamente la temperatura interna del abejorro. Tanto es así que han sido vistos abejorros de la especie Bombus terrestris volando en pleno invierno.Bombus terrestris, muy resistente al frío
(P.N. de la Sierra de Marina, Barcelona)
Modernos estudios han demostrado también que los abejorros no sólo pueden volar en bajas temperaturas sino que pueden hacerlo en elevaciones extremadamente altas (superiores a la cima montañosa más alta del mundo: la del Everest).
Los abejorros del género Bombus son animales enormemente útiles para el entorno natural.
Si los abejorros Bombus son raros en las áreas desérticas (aunque presentes: ahí está por ejemplo Bombus sonorus, de los desiertos del sudoeste de Norteamérica), las abejas no lo son tanto, como las especies del género americano Diadasia (tribu Emphorini), cuyos representantes son abejas de tamaño medio a grande, robustas y de cuerpo velludo, con una coloración que va del marrón al rubio leonado. Las Diadasia son abejas especialistas, y polinizan las flores de algunas cactáceas.
Eucerini es otra de las varias tribus de la familia Apidae. Su género más extendido es Eucera, que engloba especies tanto generalistas como especialistas, famosas por la gran longitud de sus antenas, lo que las hace fácilmente reconocibles.Arriba, ejemplar de abeja del género Eucera, visto dorsal y lateralmente, sobre una flor en el Parque Natural de Collserola.
Las abejas Eucera son solitarias, aunque unas pocas viven en nidos comunales. Son ellas las primeras de la tribu Eucerini que emergen en la primavera.
El género Xylocopa (tribu Xylocopini) es bien conocido por el gran tamaño de sus representantes, las abejas carpinteras. A veces se les llama "abejorros" precisamente por ese tamaño. En la Península Ibérica es común la Xylocopa violacea, de cuerpo negro y alas oscuras con bonitos reflejos violáceos.Xylocopa violacea
Las Xylocopa se distribuyen por muchas partes del mundo, siendo más abundantes en las regiones tropicales y subtropicales, y por su tamaño y constancia están reputadas unas excelentes polinizadoras, en ocasiones empleadas para cultivos comerciales.
Familia COLLETIDAE
Esta familia comprende importantes polinizadores de flores silvestres. Son abejas solitarias, si bien algunas especies pueden nidificar en agregaciones. La mayoría de las abejas de esta familia son bastante peludas, tienen un cuerpo robusto y destacan por su lengua corta y con el extremo final bifurcado. El género más importante de esta familia es Colletes.
Familia HALICTIDAEFamilia Halictidae, Subfamilia Halictinae,
Parque Fluvial del Besós, Barcelona
Por el número de especies (más de 4.000 descritas) es una familia importante, cuyos representantes, repartidos por todo el mundo, se les encuentra aquí y allá, en toda clase de hábitats y a veces son localmente abundantes. Muestran mucha diversidad en cuanto a socialidad: las hay solitarias verdaderas, otras comunales, semisociales e incluso (primitivamente) eusociales. Igualmente existe diversidad en cuanto a la dieta, pues unas especies son estrictamente especialistas (todas las abejas del género Dufourea) mientras otras, en el otro extremo, son muy generalistas, como las especies del género Lasioglossum.Una abeja de la familia Halictidae fotografiada en el Parque Fluvial del río Besós
Otra abeja de esta familia, en el Parque Natural de la Sierra de Marina, Barcelona
Existiendo tantas especies, con sus peculiaridades, ha sido necesario dividir la gran familia Halictidae en grupos o subfamilias, de las cuales la más importante, porque abarca el 80% del total de las especies de la familia, es Halictinae: a ella pertenece el mencionado género Lasioglossum, que sólo él cuenta con más de mil especies difundidas por todo el mundo, popularmente conocidas como "abejas del sudor" (sweat bees en inglés) por su hábito de lamer el sudor de la piel de los humanos. Además de este género (cuyos miembros son abejas de tamaño más bien pequeño y alargado, y de dieta mayoritariamente generalista, con pocas excepciones), también es necesario citar el género Halictus.Abeja de la subfamilia Halictinae
Las abejas del género Halictus son de tamaño medio y están distribuidas por todo el mundo (salvo en Australia), si bien son más comunes en el hemisferio norte. Se trata de abejas generalistas, y pueden mostrar un comportamiento social muy desarrollado, similar al de la abeja de la miel, aunque menos sofisticado, y con una importante nota que las distingue de las otras abejas eusociales (abejas de la miel y abejorros Bombus) y es que todas las hembras de la colonia tiene capacidad para poner huevos, no únicamente la reina, por lo que si ésta muere puede fácilmente ser reemplazada por otra hembra. Sin embargo en algunas especies, la reina vigente puede limitar esa capacidad de las obreras, simplemente alimentando a las crías de obrera con menos cantidad de polen, para que así desarrollen formas adultas más pequeñas, y por ello más débiles, lo que permite a la reina mantener su posición dominante en la colonia. Esas hembras pequeñas es poco probable que sobrevivan al invierno, y por consiguiente no son adecuadas para establecer una nueva colonia al siguiente año.
Familia MEGACHILIDAE
Otra familia de abejas rica en especies y ampliamente difundidas por todo el mundo. Es aquí donde encontramos la abeja más grande del mundo: Megachile pluto, encontrada en unas pocas islas de Indonesia. Esta gran abeja (unos 4 cm), llamada "abeja gigante de Wallace" en honor al naturalista que la descubrió, se caracteriza por tener unas impresionantemente largas mandíbulas que emplea para recoger y manipular resina con la que hace su nido (es una de las conocidas "abejas de la resina").
Las abejas de la familia Megachilidae tienen un cuerpo robusto y cilíndrico.
La característica más notable de los miembros de esta familia es que el polen lo transportan, no en sus patas posteriores, como ocurre en la mayoría de las abejas, incluida Apis mallifera, sino en el abdomen: en unas bandas de pelos en la superficie ventral del mismo.
Estas abejas no construyen su nido partiendo de cero, sino que buscan una cavidad natural ya hecha (una galería excavada por otro insecto, un agujero en la madera, incluso en algunas especies - del género Osmia - la misma concha vacía de un caracol) y la acondicionan en su interior construyendo tabiques con material variable según la especie (hojas, en los casos de las "abejas cortahojas" como Megachile rotundata, resina en las "abejas de la resina" como Megachile sculpturalis o la antes mencionada Megachile pluto, o bien barro como ocurre en las abejas del género Osmia); luego, en cada celda, colocarán un huevo y alimento para el desarrollo de la larva.Arriba, una abeja de la familia Megachilidae tribu Osmiini, fotografiada en un jardín
La tribu Osmiini cuenta con varios géneros, de los cuales el más conocido es Osmia: abejas muchas de ellas de bonitos colores metálicos (verde, púrpura, azul), y además importantes polinizadores de orquídeas y de varios cultivos comerciales. Una especie de este género, Osmia lignaria, es empleada como polinizadora de manzanos, almendros, ciruelos y cerezos, mostrándose mucho más eficiente en esta labor que la abeja europea de la miel, entre otras razones porque visita más flores por minuto. En la provincia catalana de Lleida se emplea la especie Osmia cornuta, autóctona en el lugar, para polinizar árboles frutales; la abeja realiza desplazamientos cortos, sin alejarse nunca demasiado, por lo que puede mostrarse muy operativa en una determinada área.
Otra tribu de la familia Megachilidae es Anthidiini con varios géneros cuyos representantes se caracterizan algunos por lucir en sus cuerpos raya amarillas y negras, lo que les asemeja a las avispas, como éste de la siguiente foto(Foto: Parque Fluvial del Besós)
El género más importante de la tribu es Anthidium, extendido por todo el mundo excepto en Australia (y raro al sur del ecuador), con abejas solitarias cuyos machos son más grandes que las hembras correspondientes, al revés de lo que pasa en las demás abejas.
Las abejas no son conscientes de su importancia, pero el esfuerzo que realizan para su propio provecho promociona inadvertidamente la producción de semillas y de las próximas generaciones de flores