Difundidas por todo el mundo, las hormigas son criaturas fascinantes, con una asombrosa variedad que comprende especies cazadoras, cosechadoras, cartoneras o granívoras, las carpinteras, las constructoras de montículos, las repletas u hormigas-odre, e incluso las esclavistas, constituyendo todas ellas uno de los grupos zoológicos de mayor éxito, con más de 12.000 especies descritas, la mayoría distribuidas en regiones tropicales. A diferencia de las abejas y avispas, cuyas especies pertenecen a muchas familias, la totalidad de las especies de hormigas queda comprendida en una sola y única familia en el orden de los Himenópteros: Formicidae.
Hormiga cosechadora Messor barbarus
¿Existen hormigas solitarias?
No, todas las hormigas son sociables y viven en colonias. Sin embargo existe mucha variación en el tamaño de esas asociaciones. También existe variedad en cuanto al emplazamiento del hormiguero: en el suelo, en cortezas de árbol, o en troncos podridos.
A veces se llaman "hormigas solitarias" (por ejemplo la "hormiga azul" australiana, Diamma bicolor) a insectos que realmente no lo son, aunque puedan parecerlo, sino que son avispas o parientes suyos.
¿Cómo se funda una colonia de hormigas?
La funda la reina, que es la hembra fecundada. Tras el acoplamiento, la reina deposita en el lugar apropiado los huevos de los cuales nacerán los componentes de la colonia. Primeramente nacerán las obreras, que entre otras tareas asignadas tendrán la de construir el hormiguero o ampliarlo.
¿Sólo puede fundarla la reina?
En algunas especies las obreras, llamadas "gamergates", tienen capacidad reproductora sexual, y por interacciones físicas se llega a una jerarquía de dominio en la que una de ellas, o unas pocas, pueden unirse a la reina en la producción de obreras, o incluso reemplazar completamente la casta de la reina, de manera que la colonia subsistiría sin reina. Generalmente estas especies de hormigas "gamergates" conforman colonias de unos pocos centenares de obreras.
Ejemplos de especies "gamergates": Myrmecia pyriformis (hormiga bulldog marrón) y Rhytidoponera metallica (hormiga verde), ambas australianas.
¿Cómo se estructura el hormiguero?
El hormiguero consta de numerosas cámaras superpuestas en varios planos. En esas cámaras viven las larvas, la reina, y de hecho los miembros de la comunidad, también en ellas guardan el alimento para conservarlo.
Las cámaras están comunicadas entre sí por galerías, y también comunicadas con el exterior.
Hormigas en el hormiguero (P. N. de Collserola, Barcelona)
Las hormigas guerreras o legionarias no construyen nidos permanentes, sino que son temporales (Dorylus) o sólo consisten en estructuras formadas por sus propios cuerpos (caso de las hormigas del género Eciton).
¿Cómo se estructura la colonia?
Las hormigas son insectos eusociales, lo que significa que viven en una comunidad perfectamente organizada, en la que cada miembro desempeña una función predeterminada.
Los miembros de la colonia se diferencian en castas, y hay tres bien diferenciadas: hembra fecundada (reina, alada aunque pierde las alas después del acoplamiento; en algunas especies, como las hormigas del género Dorylus, legionarias de África tropical, no hay vuelo nupcial y el apareamiento ocurre en el suelo), hembras estériles (obreras, de las que en ciertas especies puede haber de varias clases, en lo que se llama polimorfismo: así, obreras pequeñas o "minors" -se encargan del cuidado y alimentación de las larvas-, obreras medianas -buscan alimento, recolectan-, y obreras mayores con grandes cabezas y fuertes mandíbulas a las que se las conoce como "soldados"; la diferencia de tamaños entre las "minors" y las mayores obreras puede ser enorme, como ocurre en las hormigas de la especie asiática Pheidologeton diversus), y finalmente los machos o zánganos (alados, mueren poco después del acoplamiento con la reina).
Diferencia de forma y tamaño entre dos obreras de una misma colonia (polimorfismo)
(P. N. de Collserola, Barcelona)
En cambio en estas obreras (y en todas las demás de la colonia) de la especie Crematogaster scutellaris, típica de la región mediterránea, no existen diferencias: monomorfismo
(P. N. de Collserola)
La casta que cuenta con más efectivos es la de las obreras cuyas labores principales son la construcción y ampliación del hormiguero, recolección de alimentos, y los cuidados (sobretodo nutrición) de las larvas y la reina.
Obreras cuidando a las blancas larvas en el nido
(Localidad: Santa Coloma de Gramenet, Barcelona)
En cuanto a la reina, en una misma colonia puede haber sólo una (especies monogínicas, como la Camponotus cruentatus, o la cosechadora Messor barbarus) o bien más de una (especies poligínicas) como sucede por ejemplo en la conocida hormiga argentina.
Hormigas obreras
¿Cuántas hormigas puede haber en una colonia?
Hay muchísima variabilidad, dependiendo de la especie.
Las colonias más pequeñas, con menos obreras (inferior a diez) se dan en las especies del género Thaumatomyrmex, exclusivas del Neotrópico. En el lado opuesto se detacan las colonias de las hormigas guerreras o legionarias de África tropical, conocidas como "siafu" u hormigas safari, que pueden comprender decenas de millones de obreras. Aún con todo, existen colonias todavía mayores: son las supercolonias de la especie Linepithema humila, la "hormiga argentina", que se ha expandido por todo el mundo como una especie invasora; lo que ocurre es que un mismo hormiguero puede tener varias reinas (la "hormiga argentina" es poligínica), y como todas ellas, una vez fecundadas por los machos, no hacen más que poner huevos, la población de obreras puede crecer y crecer hasta alcanzar cifras descomunales (otro factor importante que explica este fenómeno es el hecho de que las hormigas argentinas, fuera de su tierra natal, no muestran agresividad hacia sus congéneres por el control del territorio).
Entre un extremo y otro se encuentran la mayoría de las hormigas, por ejemplo las "hormigas negras" (Lasius niger) cuyas colonias las componen de media entre 4000 y 7000 individuos, con un máximo de 15000 en las mayores colonias de esta especie.
¿Cómo se comunican las hormigas?
Los insectos que viven en colonias se comunican a través de señales químicas llamadas feromonas, y esta habilidad está particularmente bien desarrollada en las hormigas más que en ningún otro tipo de insecto.
Las hormigas perciben olores gracias a sus antenas móviles, que ofrecen además información sobre la dirección y la intensidad de esos olores.
Las feromonas son producidas por gran variedad de estructuras, como la glándula de Dufour, las glándulas venenosas, el recto, el esternón, o la tibia posterior. Así por ejemplo, se sabe que es un complejo de feromonas el que controla la agresividad territorial en las hormigas de la especie australiana Myrmecia gulosa: una feromona de alarma de bajo nivel (secreción rectal), una feromona de alarma (a través de la glándula de Dufour) y la feromona de ataque (secretada por las glándulas mandibulares); como se ve entonces, en estas hormigas la feromona de ataque está separada de aquéllas que evocan el estado de alarma.
¿En el hormiguero sólo viven hormigas?
También pueden vivir otros animales, ya sean apreciados por las hormigas (como los pulgones áfidos, cuyas secreciones dulzonas les encanta a las hormigas) o simplemente tolerados (cucarachas, coleópteros, etc).
¿Qué comen las hormigas?
La mayoría de las hormigas tiene una dieta omnívora, como éstas de la especie Messor barbarus
(P. N. de Collserola)
Aunque muchas son omnívoras, sin embargo varias especies toman sólo determinados alimentos especializados. Las hay agrícolas, como las granívoras hormigas cosechadoras (varias especies de varios géneros como Messor o el americano Pogonomyrmex) que recolectan semillas y las almacenan en sus graneros, o las hormigas deshojadoras, que cultivan un hongo que constituye su verdadero alimento.
Varias hormigas, las guerreras (como por ejemplo las del género Dorylus, entre otras), son esencialmente carnívoras y sus enjambres de millones de individuos arrasan con todo lo que encuentran y logran dominar, generalmente otros insectos y pequeños animales. Pero en el vasto mundo de las hormigas hay siempre excepciones: Dorylus orientalis, del sur de Asia, muestra una dieta que incluye tanto materia animal como también vegetal.
A muchas hormigas les encanta un fluido dulce excretado por los pulgones, y de hecho algunas de ellas los crían para este fin. Esta secreción, llamada "mielada" o "melado", es rica en carbohidratos y de sabor dulzón.
Entre los áfidos y las hormigas que los crían se establece una relación de simbiosis: los primeros les proporcionan a las hormigas alimento, y éstas a aquéllos protección. Dado que los áfidos constituyen una plaga perjudicial para los cultivos, las hormigas que se asocian con ellos (como la hormiga argentina o la hormiga negra Lasius niger) son vistas con malos ojos por los jardineros.
¿Cómo obtienen el alimento las hormigas?
Generalmente salen del hormiguero a buscarlo, recolectan el forraje que encuentran. Algunas especien saquean otros hormigueros para quitarles el alimento guardado, o llevarse a las larvas (en realidad pupas) que las reducen a la esclavitud: son las hormigas "esclavistas", del género Polyergus, pero en verdad más que esclavistas son parásitas obligadas de otras hormigas -Formica- de las que dependen totalmente para su subsistencia; atacan sus nidos y se llevan las pupas para que eclosionen en el suyo, y de las cuales emergerán las obreras "esclavas" que les harán todas las tareas básicas que ellas, las Polyergus son incapaces de realizar debido a la morfología de sus mandíbulas.
En los bosques de América tropical las hormigas deshojadoras del género Atta acuden en grandes legiones a cortar pequeños trozos de hojas de los árboles y matorrales, y luego se los llevan al hormiguero para amontonarlos en las cámaras subterráneas adecuadamente acondicionadas para tal fin; las hojas fermentan ligeramente y las hormigas siembran micelio en ellas que constituye su verdadero alimento.
Hormigas deshojadoras del género Atta en una selva de Costa Rica
(proximidad a la Reserva Biológica de Carara)
¿Cómo se relacionan los otros animales con las hormigas?
Teniendo en cuenta la abundancia de hormigas, tanto en especies como en número de efectivos, así como su amplia distribución geográfica, es fácil entender que las hormigas van a tener que establecer relaciones e interacciones con otros tipos de animales. Relaciones de convivencia (insectos, como algunas cucarachas, que conviven con ellas en los hormigueros), de parasitismo (que viven a expensas de las hormigas), de depredación (ellas cazan a otros animales, pero también ciertos animales las cazan a ellas: los lagartos cornudos, por ejemplo, están especializados en consumirlas en grandes cantidades, y bien conocido por todos es el oso hormiguero) o de simbiosis (la que se establece entre algunas especies de hormigas y los pulgones, donde cada uno sale beneficiado).
¿Las hormigas son importantes para el ecosistema?
Todos los seres vivos son imprescindibles para el equilibrio de un ecosistema, y las hormigas no son ninguna excepción. Ellas remueven la materia orgánica del suelo y la tierra misma en un función muy similar a la que cumplen las lombrices, eliminan insectos perjudiciales y a su vez constituyen el alimento para muchos otros animales igualmente necesarios.
Camponotus cruentatus, una de las hormigas más grandes de Europa
(P. N. de Collserola, Barcelona)
Un aspecto muy interesante de las hormigas es el de las defensas frente a sus enemigos, y en especial el del aguijón venenoso del que algunas especies están dotadas.
HORMIGAS DOTADAS DE AGUIJÓN VENENOSO
Hormiga bala o tucandera (Paraponera clavata)
Ejemplar disecado, Perú.
Algunas especies de hormigas, no muchas, están dotadas en el extremo posterior de del abdomen, de un aguijón conectado a una glándula venenosa, al modo de las abejas y las avispas, de manera que son hormigas auténticamente venenosas.
Las más conocidas de las hormigas venenosas son las llamadas "hormigas de fuego", pertenecientes a varios géneros, principalmente Solenopsis, y cuya picadura no parece ser muy dolorosa, como tampoco lo es la picadura de la "hormiga de fuego" europea (Myrmica rubra), de consecuencias leves para el ser humano. En contraste, la picadura de algunas especies americanas es sumamente dolorosa: la de la hormiga bala, o "tucandeira" como la llaman en Brasil, Paraponera clavata, es insoportablemente dolorosa (máximo nivel en la escala del dolor del Indice de Schmidt), y lo más terrible es que ese dolor atroz puede prologarse por varias horas; otras hormigas que también vale la pena mencionar son las "hormigas cosechadoras" del género Pogonomyrmex (otros géneros de hormigas cosachadoras son inofensivos, como el europeo Messor), una de las cuales, la Pogonomyrmex maricopa, de Arizona, está reputado el insecto más venenoso del mundo. Curiosamente el lagarto cornudo (género Phrynisoma) parece inmune a ese veneno y consume hormigas cosechadoras sin daño aparente. La sangre del lagarto contiene un factor que le protege del veneno volviéndolo muy resistente a su toxicidad. Para el hombre el peligro es que estas hormigas viven en colonias muy numerosas, de miles de obreras dispuestas a picar (y morir, pues sus aguijones están aserrados, como el de la abeja de la miel) para defender su nido. La picadura de Pogonomyrmex maricopa es muy dolorosa, pero la severidad del dolor (que puede durar unas ocho horas) no es inmediata sino que empieza tras un breve período de 30-60 segundos después de la picadura, una pequeño retraso que beneficia a la colonia ya que el sistema inculador del veneno de esta hormiga es un poco lento y si el dolor fuera inmediato, o sea sin esa demora, rápidamente la víctima podría arrancar el aguijón de su piel y entonces evitaría o minimizaría el daño.
Entre las hormigas venenosas más temidas se encuentran las conocidas como "hormigas bulldog" por sus desarrolladas mandíbulas, todas ellas del género Myrmecia, distribuidas por Australia. Son hormigas de morfología estilizada, patas largas, y un carácter bastante defensivo. Según los expertos, las primitivas "hormigas bulldog" muestran cómo debió de ser, tanto en anatomía como en comportamiento, el ancestro común a todas las especies actuales de hormiga: una hormiga de cuerpo grande, con patas largas, ojos grandes, visión aguda, aguijón venenoso, y relativamente solitaria (las "hormigas bulldog" viven en colonias, pero suelen guardarse las distancias unas a otras, incluso dentro del mismo hormiguero). La más famosa de las "hormigas bulldog" es Myrmecia gulosa, de aspecto impresionante. Parecen potencialmente peligrosas Myrmecia pyriformis y Myrmecia pilosula, responsables de algunas pocas muertes entre los humanos.
Con todo, la picadura de estas hormigas es menos dolorosa que la de la "tucandeira" de América.
Otra hormiga que merece ser citada es la especie cazadora Ectatomma tuberculatum. El género Ectatomma está difundido por América del Sur, y algunas especies en Centroamérica, en una gran variedad de hábitats (selva, sabana, tierras secas, zonas de cultivo) siendo uno de los más comunes. La mencionda Ectatomma tuberculatum es la especie-tipo del género. Es de color amarillento y se la encuentra en bosques húmedos. El caso es que, gota por gota, su veneno es muy potente. La ectatomina es su principal componente, una proteína altamente tóxica. Su picadura sin embargo, lo mismo que las de las temidas hormigas bulldog, es menos dolorosa que la de una abeja: valor 1,5 en la escala del Indice del Dolor de Justin O. Schmidt.
¿Por qué no todas las especies de hormigas llevan aguijón venenoso?
Una pregunta que puedes hacerte es el motivo por el cual algunas especies de hormigas son venenosas, y otras, la gran mayoría, no.
El motivo hay que encontrarlo en la función del aguijón venenoso. Los insectos himenópteros (abejas, avispas, hormigas) tienen el aguijón para defenderse de los grandes depredadores potenciales que los amenazan, como reptiles, aves o mamíferos, entre ellos nosotros mismos.
El modo de vida de las "tucandeiras" (aunque su nido está en el suelo, ellas trepan por los árboles llegando a las ramas más altas para buscar forraje) las expone a muchos depredadores de los cuales ha de defenderse, más todavía cuando el tamaño de las obreras es lo suficientemente grande como para constituir un bocado apetecible para monos, diversos pájaros de la selva, etc. La conclusión es que ellas sí necesitan un aguijón venenoso capaz de causar picaduras dolorosas.